jueves, 13 de julio de 2017

El Águila

Siempre he creído que toda la naturaleza nos enseña algo nuevo cada día. El otro día leía la peculiar manera de como el águila una ave tan majestuosa se renueva a sí mismo para poder seguir reinando los cielos.
Cuando el águila cumple los 40 años sus uñas se vuelven apretadas y flexibles, sin conseguir tomar a sus presas con las cuales se alimenta, su pico largo y puntiagudo se curva apuntando contra su pecho, sus alas envejecen y se tornan pesadas y de plumas gruesas. Volar se le hace ya muy difícil. Entonces el águila tiene solamente dos alternativas: morir o enfrentar su doloroso proceso de renovación, que durará 150 días.
Ese proceso consiste en volar hacia lo alto de una montaña y quedarse ahí, en un nido cercano a un paredón, en donde no tenga la necesidad de volar. Aquí es cuando el águila comienza a golpear con su pico en la pared hasta conseguir arrancarlo. Luego de hacer esto, esperará el crecimiento de un nuevo pico con el que desprenderá una a una sus uñas. Cuando las nuevas uñas comienzan a crecer, comenzará a desplumar sus plumas viejas. Después de cinco meses muy duros, sale para el famoso vuelo de renovación que le dará 30 años más de vida.
Se imaginan ese dolor por 5 meses, pero hay que ser sinceros es un dolor necesario. Si creerán que estoy loca y que soy algo masoquista para pensar que es necesario el dolor.
Ha habido veces donde la vida nos ha dado duro y hasta hemos llegado a pensar que Dios debe estar muy enojado con nosotros por permitir estas situaciones que nos muelen el alma.
Pero no!! Ni Dios está enojado con ustedes, ni la vida se las ha dedicado, es parte del ciclo. El dolor es una de las cosas que nos hace crecer, reinventarnos a nosotros mismos y demostrarnos de la pasta que estamos hechos.
Por experiencia propia sé que cada vez que el dolor viene a mi vida, es porque me toca crecer, duele, pero el resultado final será un mejor Yo. A veces lo tendré que pasar sola con Dios como único aliado, otras, esos ángeles bellos llamados amigos y familia estarán ahí para mí también. Pero si hay algo que estoy convencida es que mi luz nadie, ni nada la apagará.
No dejes que la situación por la que estás pasando apague tu luz, tal vez la mechita este pequeñita, pero aún no ha terminado esto, tienes tanto porque reír y tanto que disfrutar, tanto que dar y recibir. Recuerda esto también pasara.
Dulces besos mis vocecillas, brillen como solo pueden hacerlo ustedes.

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